Además de convertirse en el campeón del Pre-Mundial Sub-20 de Concacaf, México también destacó por los galardones que recibió a nivel grupal e individual, y es que en conjunto fue reconocido con el premio al Fair Play, mientras que Emily Alvarado se quedó con el Guante de oro y Miriam García recibió el Balón de oro al ser la mejor jugadora del torneo.
La portera Alvarado apareció en cuatro de los cinco partidos que encaró el Tri Femenil, por lo que sumó 390 minutos jugados, considerando que en la final hubo tiempos extra; en ese lapso, recibió cuatro goles, tres de Estados Unidos y uno de Canadá. Por otro lado, la arquera México-americana fue la heroína en las dos tandas de penales que disputaron las verdes, tanto frente a las estadounidenses como ante las de la hoja de maple detuvo dos disparos y fue pieza clave para conseguir el boleto al Mundial de Francia 2018 así como el título del torneo.
Por su parte, García jugó los cinco partidos del Tri Femenil, es decir, actuó 480 minutos (por los 30 de tiempos extra); en todos los encuentros, la futbolista de Chivas lideró la defensa tricolor y en más de una ocasión tuvo que emplear certeras barridas para evitar los disparos de las rivales.
Con 19 años, García es una de las jugadoras mexicanas más exitosas de México en cuanto a títulos conseguidos, pues también fue campeona de Concacaf en el 2013 con la categoría Sub-17, donde también estaba Alvarado, además, fue campeona del primer torneo de la Liga MX con el Rebaño, y ahora suma este título a su cuenta personal.
A su llegada a la Ciudad de México, las mexicanas compartieron sus impresiones del torneo celebrado en Trinidad y Tobago y del que fueron protagonistas.
«Se lo dedico a mi familia, a Dios y a mis compañeras también (…) la confianza que todas tenemos en nosotras, somos un grupo muy unido. He trabajado muy duro, sólo me concentro, escojo un lado y me tiro, casi todos los días practicamos penales», declaró la arquera mexicana, mientras que Miriam se mostró feliz y agradecida con el premio grupal e individual: «es un trofeo que no se había dado a una defensa, para mí es un sueño, que todo el trabajo que estamos haciendo se vea reflejado (…) el partido que perdimos contra Estados Unidos nos dio un llamado de atención para trabajar más fuerte si queríamos ganarles en el próximo encuentro (…) (debemos) darnos cuenta que realmente hemos crecido y que estamos para competirle a cualquier, en el momento que confiamos en nosotras nuestra mentalidad cambió y sabíamos que íbamos para grandes cosas (…) antes veía esto desde mi casa y pensaba que nunca iba a estar aquí, gracias a Dios estoy cumpliendo un sueño, si se caen, sigan echándole porque los sueños se hacen realidad».